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Son más de 100 años de servicio ininterrumpido al cliente. Entre los soportales de la Plaza Mayor de Huesca resiste, airosa, La Confianza, veterana tienda de ultramarinos o coloniales que ofrece las mejores delicatessen, desde el producto más esmerado al más sencillo. La gastronomía de toda la vida. Es una joya viva del comercio que arrancó en el siglo XIX. Desde 1871 se atiende a los clientes con semblamnte sonriente: aconsejando, sugiriendo, convenciendo, ganándose su confianza…Según la familia que regenta el negocio “la idea se la debemos a un comerciante de origen francés Hilario Vallier que abrió por primera vez las puertas del establecimiento en 1871. En un primer momento el elegante local se destinó a mercería y sedería con la venta de delicados productos entre los que se contaban finos encajes, porcelanas y abalorios. En pocos años se amplió con la venta de lujosos productos de importación, venidos de ultramar, aromáticos cafés y chocolates, licores franceses o alimentos ahumados.” Sin olvidar los salazones, como bacalao y arenque en cubo, especias exóticas traidas de ultra mar (comino, pimienta), chocolates variados y tentaciones diversas para lamineros….

La Confianza conserva su mobiliario original, digno de un museo. Estanterías que exhiben productos simétricamente alineados, muebles de roble, techos con frescos y dibujos rematados por arabescos de 8 puntas, botes de Cola Cao y sopi- caldo con sus diseños vintage, el mosaico original, decorado a base de garabatos geométricos y, presidiendo, la vieja guillotina, con su cuchilla afilada y presta para trocear un buen lomo de “bacalado salado de Bilbado”. En los años 40 del pasado siglo, el comercio fue adquirido por los antecesores de los actuales propietarios: la familia Villacampa-Sanvicente, que ha sabido respetar y poner en valor la importancia de tan histórico local para la ciudad. La tradición de atender con simpatía se mantiene.

Los americanos, tan dados a recrearse en lo vintage, han declarado – vía el prestigioso Herald Tribune- que “La confianza es el ultramarinos más viejo” del mundo. Ellos sabrán, pero si lo dice el periodismo yanqui (que se inventó las “fake news”), pues, amén.