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Momento emotivo en el último Festival de Eurovisión celebrado en Torino. La cantante-presentadora Laura Pausini se puso a cantar a capela el popular tema ‘Nel blu dipinto di blu’, de Domenico Modugno, más conocido como ‘Volare’, y que compitió, sin ganar, en 1958. Modugno, bigotito recortado y pelo engominado, es la voz de Italia. La más popular y la más querida junto al incombustible Celentano. La gloria tricolore nació en un rincón mágico donde el mar y el cielo viven su apasionado romance.

Polignano a Mare es un hermoso pueblo de la costa de Bari, en el tacón de la bota italiana. Crece aupado en unos acantilados de la Puglia, desafiantes guardianes del genuino Mediterráneo, el mar nuestro-vuestro. ‘Nel blu dipinto di blu’ es el himno que conocen todos los italianos mayores de 50 años, y que estrofa a estrofa se puede canturrear gracias a los carteles luminosos callejeros que recuerdan al viajero la letra de esta icónica canción. Y no solo hay citas a la canción de Modugno, Polignano a Mare es un pueblo de paredes blancas, adornadas con
inscripciones, pintadas y declaraciones de amor que acompañan el paseo del viajero por sus recoletas callejuelas, aunque de esta circunstancia ya enviaremos una postal propia.

El culo inquieto siempre fue fan de Modugno y de su Volare. No había alcanzado la década de vida y en el giradiscos familiar sonaba el éxito de San Remo y de Eurovisión, mientras que de la galería llegaba los gorgoritos de mi padre que se arrancaba con ‘Nel blu dipinto di blu’. Me propuse inmortalizar estos recuerdos, rindiendo homenaje ante la escultura, frente al amor y que honra la memoria del gran Modugno. Brazos abiertos, mirada altiva y arrancando su “Volare” en su querido Polignano, con el mar pisándole los talones para atrapar sus palabras: “Pienso que un sueño así/ no vaya a volver nunca más/ me pintaba las manos/ y la cara de azul. De repente fui raptado/ por el viento/ y empecé a volar/en el cielo infinito. Volar oh oh/ cantar oh oh oh oh,/ en el azul pintado de azul, /feliz de estar allí arriba/y volaba, volaba feliz/ más alto que el sol/ y aún más arriba, / mientras el mundo/ poco a poco desaparecía lejos allí abajo,/ una música dulce sonaba/ sólo para mí.”
Los 5 sentidos despiertas y se alborozan en Polignano a Mare. Hipnotizados por la vista del azul turquesa de sus aguas, disfrutando los sabores y el gusto de los frutos del mar, el oídos acariciado por la templada voz de Domenico Modugno, el tacto de las paredes recién encaladas y el profundo olor de la brisa marina. (www.serculoinquieto.com)