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San Sebastián/Donosti es una ciudad que tiene atrapado al culoinquieto. Ha viajado muchas veces y nunca le ha fallado. Se come bien, muy bien, en el Bodegón Donostiarra, en el Gros. El Mercado de la Bretxa es un paraíso de sabores y aromas. Se pasea cómodo por la Concha. Los caramelos de gin tonic que elaboran en el Museo del Whisky (cocteleria imprescindible) son insuperables. La gente es educada. El tamaño de la ciudad es humano. Los surferos de laplaya de Zurriola están al remojo haga frío o calor. Chicarrones del Norte. Si el clima es bueno, es muy bueno. Y si es malo, es muy malo. Solecito otoñal frente a la galerna despiadada. Los del flequillo a ras y el pendiente han desaparecido del Casco Viejo. Se ha recuperado la normalidad. Donosti es una ciudad que respira felicidad.

Aprovechando la celebración del congreso Gastronomika, el culo inquieto ha hecho una ronda por las esculturas al aire libre que inundan la ciudad. Las piezas clásicas que hay que admirar porque son un patrimonio artístico envidiable. La tríada de escultores vascos Chillida, Ibarrola y Oteiza han alcanzado reconocimiento mundial por su obra. Dominan el espacio público y su obra se adapta con respeto al paseo o la calle que las acoge. Ejemplo de mimetismo artístico.

Para el culoinquieto, Eduardo Chillida es el maestro de maestros del universo artístico. Hace unos años, tuvo el privilegio de entrevistarlo y acabó yendo a recoger setas mientras paseaba con Eduardo y su esposa Pilar Belzunce por el prado del Chillida-Leku, en Hernani. El revuelto de hongos (recién cogidos) y la merluza a la vasca del almuerzo en su casa del monte Igueldo es un recuerdo imborrable. Y su compañía, entrañable (www.serculoinquieto.com)