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En tiempos de Filomena y otros, sienta bien el recuerdo de un bañito en las cálidas aguas del Parque Nacional de Corcovado (Costa Rica). La silla me la llevé de la terracita cercana. Meditación al suave mecer de las olas del Pacifico, cerca de los manglares y la botella de ron “Flor de caña” a mano. “Pura vida” ha pasado de ser una fórmula de saludo de los ticos a un slogan turístico que sintetiza el respeto a la naturaleza de la vida costarricense.

Costa Rica es un pais pequeño de tamaño, grande en oferta sostenible y gigante en simpatía y hospitalidad. El citado Corcovado, Tortuguero, el Braulio Carrillo, Río Celeste, el Volcán Arenal, Cahuita y Manzanillo (bañado por las aguas del Caribe), Manuel Antonio, Volcán Irazú, Monteverde son parques donde disfrutar de la calidad de vida, la frondosidad del bosque lluvioso, el respeto colectivo a la naturaleza, la variedad de animales y la hospitalidad de los ticos. Pura vida

Lanzarse colgado de la tirolina sobre la espesura de la selva, sorteando las copas de los árboles y aterrizando sobre una plataforma habilitada en un árbol gigantesco, a 60 metros de altura, la adrenalina mana a borbotones mientras los hilos de lluvia rasgan las mejillas. Pura vida

No soy partidario de coleccionar fotos de animalitos, pero para quienes cultivan esa pasión les recomiendo este destino centroamericano, auténtico paraiso de todo tipo de biodiversidad aunque yo quisiera destacar a las ranas de colores refulgentes, no como nuestros humildes y feos sapos. Pienso que con ese “brilli/brilli” no hubiera sido necesario besar al batracio para rescatar al príncipe encantado. Pura vida