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Siempre me ha atraído el personaje de Tintín. Diría más: he vivido casi abducido por él. Las aventuras del joven reportero y su perro Milú el travieso fox terrier, han entretenido a mi generación y así pudimos dar alas a nuestra precaria imaginación, muy mermada por la cutrez del franquismo. Sin olvidar al Capitán Trueno y Roberto Alcázar y Pedrín, compañeros de nuestras frustraciones, convertidos en símbolos y nuestros héroes de papel. Junto al joven reportero belga de los pantalones bombachos, vivimos vuelos intrépidos superando rayos y tormentas, sobrevivimos a aludes y avalanchas en el Himalaya, navegamos por el Amazonas, atravesamos el desierto en caravanas de camellos, sufrimos naufragios, resolvimos robos y desmontamos tramas, nos engañaron como a chinos, detuvimos a cacos, ladrones y gánsters, descubrimos momias y pirámides, protagonizamos mil aventuras, incluyendo peligrosos safaris en el Congo y travesías interminables. Y todo sin despeinar su erguido y rebelde mechón. Siempre salimos milagrosamente indemnes. O sea, vencimos.Era fácil identificarse con un ídolo de esta pasta. Compartíamos su hiperactividad, ese sin parar, al trote, siempre de un lado a otro. Nos atraía su obsesiva y casi impertinente curiosidad, una virtud imprescindible en el oficio de reportero. Su sentido de la aventura, del vértigo y la no conciencia del riesgo. Y también su insolencia educada pero insolente. Su sentido de la camaradería con el capitán Archibald Haddock, rayos y truenos. El distraído Profesor Silvestre Tornasol, científico sabio y ajeno al mundo. Los policías de la secreta Dupond y Dupont, un par de funcionarios tan torpes como inútiles. El mayordomo Néstor, la soprano Castafiore, personajes secundarios pero entrañables.Creado en 1929 por el dibujante belga Georges Remi, alias Hergé, las historietas se extinguieron en 1976. Muchos años publicando sus historietas en la prensa diaria. Los miles de viñetas fueron recopilados en 27 libros, desde el primero, “Tintín en el País de los soviets”, hasta el último publicado en español por Editorial JuventudEl culoinquieto se acercó hasta Bruselas, (Rue des Sables) para visitar el Museo del Cómic (Centre Belge de la Bande Dessinée) donde se recoge toda la memoria sobre el mundo de la historieta. El sanctasanctórum donde cada año se acercan más de 200.000 devotos de Tintín en peregrinación. Esto pasa con los ídolos. Visitando el nuevo Museo Egipcio de El Cairo, el culoinquieto se encontró una exposición temporal. Y a allí fue de cabeza. PEDRO PALACIOS (serculoinquieto.com)