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Hay acontecimientos, hechos y descubrimientos que suceden por casualidad. Sí, la suerte existe. Si no que se lo pregunten a Yang Zhifa. 1971, en plena era Mao-Tse-Tung. Este modesto labrador chino se disponía a excavar un pozo de agua, cuando a 15 metros de profundidad, se topó con una cabeza de terracota. El azar le había conducido a descubrir uno de esos tesoros arqueológicos míticos. La capital de la provincia de Shaanxi es Xi’an, pequeña ciudad de “solo” 8 millones de habitantes. Una ciudad distante 1000 kilómetros de la capital Beijing o a 1.400 de Shanghái. A ella se puede acceder en avión o en tren de Alta Velocidad. Un rasgo muy identitario de Xi’an es su vinculación con el Islam. La gran mezquita del barrio musulmán es un edificio impresionante, y seguramente la mezquita más famosa de entre las 30.000 que funcionan en China.El casual hallazgo puso al descubierto un tesoro declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Al culoinquieto siempre le atrajo este misterio chino y allí se fue aunque lamenta no ofrecer testimonio fotográfico del momento. Más de 10.000 estatuas de terracota representan a guerreros armados, carros y caballos del ejército de emperador chino Qin Shi Huang (200 años antes de JC). Firmes, en formación castrense perfecta, manteniendo su aire marcial, con una envergadura (1,80 de altura) que impresiona y van pertrechados con espadas de bronce y otros armamentos. La minuciosidad con la que están fabricadas las esculturas evidencia que se utilizaron moldes diversos, según la graduación militar de los guerreros, armaduras, edad, detalles físicos, barbas, bigotes, etc. Las cabezas, los brazos, las piernas y los torsos se fabricaron separadamente para luego ensamblarlos uniendo las piezas de barro cocido. Evidentemente, este tesoro se mantuvo a salvo gracias a permanecer durante casi 2000 años cubierto por toneladas de tierra que, lógicamente, hicieron añicos muchas piezas. Pero con la paciencia de un chino, los arqueólogos recuperaron y restauraron hasta 10.000 esculturas que hoy se exhiben como el gran reclamo turístico de la ciudad de Xi’an. Aún hoy siguen apareciendo nuevas piezas. La buena suerte continúa. PEDRO PALACIOS (serculoinquieto.com)