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“Teruel existe” fue un clamor reivindicativo que se puso de moda. Pretendía airear la falta de inversiones públicas, el descuido institucional al que son sometidos algunos territorios olvidados. Fue un grito de desesperación que se ha colado en el Congreso de los Diputados de la mano de Tomás Guitarte. Es la voz de la España vaciada y arrasada.

El icono de Teruel es el “Torico” con permiso de los Amantes de Teruel, la leyenda de dos adolescentes, Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla, que murieron de y por amor. Mucho romanticismo, pero el “Torico” es el monumento más apreciado y popular de la ciudad aragonesa. Se trata de una columna de 7 metros, coronada por una pequeña figura de un toro de lidia. La fuente originaria eran unos aljibes (1375) que en 1855 fueron sustituidos por la actual fuente, una estructura de la que mana agua a través de unos grifos con forma de cabezas de toro.


Teruel fue recientemente el escenario del XVII Congreso del Toro de Cuerda. Una tradición centenaria muy extendida por tierras de aroma mediterránea y por la que los toros son citados por los mozos que les someten a mil diabluras con la confianza de que el toro, debidamente ensogado, no va a tener fuerzas para embestir. A este congreso de Teruel asistieron representantes de 23 localidades que cuentan, entre sus tradiciones, con la del Toro de Cuerda. Para homenajear este encuentro se ataron 23 cuerdas al emblemático pilar con el lamentable balance de la columna caída, desmontada y hecha añicos. La menuda figura del torico que corona la columna también salió perjudicada. Se confía que reparen el estropicio antes de que el 1º de julio arranquen las fiestas de la vaquilla. A modo de chupinazo, la alcaldesa de Teruel, desde el balcón consistorial, proclama. “¡Vaquilleros, la vaquilla es vuestra! ¡Que suene el campanico!”. Y se tira de la cuerda para tañer (o tañir, a elección) la campana que es la señal de salida. Entonces un peñista trepa por la columna para colocarle al torico un pañuelico rojo, símbolo de los días de vino y rosas que vivirá una multitud expectante. Y que empiece a correr la fiesta.

Teruel ya es citada por el culoinquieto Tolomeo II que retrata el territorio de la tribu de los loboteos, los iberos la conocían como Turba y para el Islam fue Tirwal. Pero Teruel atiende a todas las nominaciones y en 1986 la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad. La arquitectura mudéjar es la joya de esta ciudad. Ningún culoinquieto que se precie pude perderse la catedral de Santa Maria, la esbelta torre-campanario mudéjar de la iglesia del Salvador o la de San Martín, verdaderas filigranas de ladrillo y azulejo que encandilan. www.serculoinquieto.com