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En diversos parajes de Centroamérica resulta familiar disfrutar de los restos de la Cultura Olmeca, que es la propia de esos países. Hablamos de 1.500 años Antes de Cristo.Se trata de una de las culturas más arraigadas en la Mesoamérica, que es como se conoce a la región hasta que fue”descubierta por” la aventura de Cristobal Colón. Una región que se extiende por toda América Central, en lo que hoy son los territorios conocidos de México, Yucatán, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras o Belice. O sea que la cultura mesoamericana se extendió a lo ancho y largo de la actual región centroamericana de oceános a océano. Toda esta multi-riqueza entraría en fase de declive a raíz de la colonización española que impuso, como cualquier potencia colonial, su modelo de vida. Destacan entre los últimos hallazgos arqueólogicos las conocidas como Cabezas Colosales. Se trata de piezas de gran tamaño, labradas en material de basalto, de origen volcánico y que arqueólogos émulos de Indiana Jones a la búsqueda del templo maldito hallaron semiocultas en plena jungla o amagadas entre los manglares. Las cabezas, de tamaños que llegan a alcanzar los 5 metros, están talladas en dura piedra y representan a líderes y héroes guerreros a los que debían respeto y devoción. Junto estos hallazgos artísticos hay que destacar y poner de relieve el importante patrimonio que hemos incorporado a la dieta diaria y a nuestra cultura gastronómica (vainilla, cacao, maíz, aguacate, calabza y frijoles). Por no hablar de Ulama, antecedente de lo que hoy conocemos como fútbol.Los jefes mesoamerianos resultan bastante feos, lucen rasgos primitivos y cara de pocos amigos. Los expertos coinciden en la descripción: “Si bien las cabezas colosales comparten características como el seño fruncido, la nariz chata y ancha y el mentón abultado, su semblante cambia según la diferencia en ojos, boca y orejas. Cada cabeza, que en su parte posterior es plana y pulida, porta un tocado en forma de casco con un símbolo e insignias zoomorfas o de cuerdas, referencia de su nombre y linaje. Las orejeras muestran formas redondas, rectangulares, de garra o de concha.” Las réplicas de las Cabezas Colosales resultan hoy un preciado botín para los viajeros leídos y cultivados. Efigies de antiguos guerreros quedan divinas en el rincón de un jardin frondoso de una propieda veraniega de la Costa Brava o de la Costa Azul. El culoinquieto, siempre respetuoso con las culturas índigenas, rinde hoy homenaje a estos viejos jefes, inmortalizados en piedra amiga. (www.serculoinquieto)