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Córdoba./Lejana y sola. Jaca negra, luna grande,/y aceitunas en mi alforja. /Aunque sepa los caminos/ yo nunca llegaré a Córdoba.
Lo escribió Federico García Lorca. Y muchos años después fue Paco Ibañez quien le puso voz, guitarra y amargura en unsd palabras que siguen helando el alma. El fatídico destino de una condena a muerte presentida e inútil. El propio poeta supo anticiparse: “que la muerte me espera antes de llegar a Córdoba”. Pero Córdoba ofrece grandes momentos para vivir y disfrutar la vida. Para así rendir homenaje al poeta vivo que es Federico, el del ultimo vals en Viena.
Córdoba es una ciudad, vibrante, rabiosa de luz, califa y cristiana, ribeteada de colores en sus legendarios patios de vecinos y flores. Que la vida en Córdoba es plena y se puede disfrutar de mil maneras distintas y todas exhuberantes. Surcando entre los arcos de la Catedral-Mezquita donde los estilos gótico, barroco, renacentista y mudéjar se funden en una única asignatura de arte. Parada especial en la maqsura, dependencia exclusiva para los rezos del Califa. Probando la tortilla de patata gigante más sabrosa del mundo mundial: en la Taberna Santos, a la sombra de la Mezquita, donde aseguran que se necesitan 24 huevos para cuajar la tortilla. Para derle la vuelta no precisan cuántos se necesitan. O el puente romano que lleva siglos certificando como el agua del Guadalquivir cruza sus acos en busca ansiosa de la desembocadura de Sanlúcar de Barrameda. Perderse entre la maraña de callejuelas, rincones y travesías de la Judería para oir un rasgueo de guitarra o persiguiendo, sin perder la compostura, la pista de un aroma de potaje. En la PLaza de los Capuchinos, tiempo habrá para recogerse ante la imagen del Santo Cristo que la preside y bendice. Buscar entre el gentío anónimo el rostro moreno y sereno de la bella cordobesa de Romero de Torres. Córdoba son mil colores de los geranios y madreselvas que crecen en sus míticos patios. Cordoba huele a ración de rabo de toro bien macerado en vino tinto peleón, sabe a flamenquin y salmorejo. Luna grande. Ya he llegado a Córdoba. A Federico se lo impidieron. https://serculoinquieto.com/
PEDRO PALACIOS