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24.06.03 L’APLEC DEL CARGOL DE LLEIDAEstán de moda las fiestas gastronómicas. Qué mejor para olvidar los disgustos que da la vida que comiendo ricos productos de la tierra. El culoinquieto ha visitado l’Aplec del Cargol de Lleida, que es, sin duda, el mayor espectáculo gastro-popular de España y que demuestra cómo la gastronomía puede convertirse en un ejercicio de convivencia y amistad.El caracol es un humilde molusco gasterópodo que “formaba parte de las dietas de los pobres”, como le gusta repetir a Ferran Pedrix, presidente de las Colles del Cargol de Lleida, que agrupan a 15.000 miembros. Durante 3 días y 3 noches comparten, a orillas del río Segre, caracoles y otros exquisitos productos de proximidad. Lleida es la capital de este humilde alimento que hace las delicias de quien lo prueba y repite. Y con Rafa Gimena, como anfitrión de lujo, dimos vueltas al guiso y al recinto de la fiesta.Más de 15 toneladas de caracoles son degustados por 200.000 visitantes en tan solo 72 horas. Comer caracoles resulta entretenido y es un acto de amistad que socializa: plato en el centro de la mesa, palillos largos y, con paciencia, ir extrayendo el bichito escondido, mientras se habla y se comparte la amistad y el buen tinto de Costers del Segre. El caracol es una proteína barata, buena y saludable, que aporta hierro, zinc y potasio, tan necesarios para nuestro organismo. Los caracoles se cocinan en infinidad de variantes. Las más agradecidas al paladar son “a la llauna”, sobre una sartén o llauna, sal y pimienta, alguna especia como pimentón de la Vera y bien untados en un espeso allioli. También son muy bien recibidos como actores de reparto o figurantes en una paella de pollo y conejo o como protagonistas de guisos en cazuela con conejo en salsa. (Inciso: en la barcelonesa Calle Aragó 207, en Can Joan, preparan un arros amb conilll i cargols al estilo de Balaguer que están para morirse). Preferentemente, se comen en primavera, una vez acabado el letargo invernal. Los hay bovérs, como en la canción infantil, Cristians, y Vaqueta que salen a precio de caviar: 900 euros el kilo. A los franceses les gustan los gigantes y los cocinan a la bourguignonne. Norma para todos: hay que tomar la precaución de someterlos a un ayuno para que evacuen y no dejen sabores amargos en el plato.Lleida ha sabido crearse una marca gourmet propia gracias al cargol. Valls y el Baix Camp, también de la mano del calçot. En Sitges deberían tomar nota y promocionar más el Xató. Como Benicarló hace con la alcachofa y Vinaròs con el langostino. Y un apunte final: dicen que Leonardo da Vinci inventó un tenedor de 2 puntas para poder extraer fácilmente el caracol de su mazmorra. Al culo inquieto le gusto xarrupar la concha. PEDRO PALACIOS (serculoinquieto.com)